¿Por qué algunos experimentos psicológicos no se pueden replicar?
LUNES 25 MARZO , 2019
Creado por: Graciela Cuevas
La psicología está pasando por una crisis de replicación. Esto porque
los resultados de muchos experimentos que se hicieron en el pasado no se puede
o es difícil reproducirlos.
Una de las razones por la que pasa esto es porque
muchas investigaciones son fraudulentas o que los investigadores influyeron de
forma directa o indirecta en estas.
En el programa de La Receta Médica de
este lunes, los psicólogos Eladio Hernández y Domingo Carrasco, así como el
psiquiatra Héctor Guerrero Heredia, detallaron tres estudios psicológicos que
se consideran fraudulentos.
“Algunos investigadores, con el afán humano de
entrar a la historia, pueden falsear algunos contenidos y experimentos que se
dan en la realidad”, expresó Hernández, expresidente del Colegio Dominicano de
Psicólogos (Codopsi).
Experimento de
Milgram
Este tiene que ver con la obediencia y fue
realizado por Stanley Milgram, psicólogo de Yale. ¿En qué consistió? Se buscó a
dos grupos de estudiantes. Los integrantes de un grupo debían memorizar unas
palabras y si se equivocaban, recibían una descarga eléctrica por parte de los
miembros del otro grupo.
Lo curioso de este experimento es que quienes daban
las descargas eléctricas, que llegaron hasta los 450 voltios, eran quienes
estaban siendo estudiados, puesto que se les advirtió que si daban una descarga
mayor a los 120, podría matar a la persona, y aún así lo hicieron.
Otro dato del estudio es que la máquina realmente
no emitía voltaje y que los gritos de dolor eran grabaciones.
El experimento de Milgram llegó a la conclusión de
que las personas están dispuestas a dañar a otra en vez de enfrentarse a la
persona que le dio la orden de hacerlo.
El psicólogo Domingo Carrasco precisó que en este
estudio se quería encontrar algo que ya la habían pensado. Citó que una de las
críticas que se hace es que la psicología es una ciencia extravagantemente
autobiográfica.
La cárcel de
Stanford
Otro experimento es la cárcel de Stanford en 1971,
realizado por Philip Zimbardo. Se buscó varios estudiantes, que fueron
divididos en dos grupos: uno que juegue el rol de guardias en una cárcel y el
otro de prisioneros.
El psicólogo buscaba probar si una persona que es
buena cambiaría su conducta según el entorno. El resultado fue tal, que el
estudio terminó antes del tiempo previsto ya que los que jugaban el rol de
guardias asumieron conductas tan abusivas que se consideraron sádicas en contra
de los prisioneros.
Unos de los cuestionamientos que se le hizo al
estudio, fue que Zimbardo influyó en él, puesto que jugó el de superintendente
de la cárcel ficticia y desde esa posición habría incitado a quienes jugaban el
papel de guardias de que si hicieran daño a los prisioneros.
Domingo Carrasco precisó que esa investigación se
forzó a que concluyeran que el ser humano es malo de forma innata. Añadió que
el experimento tampoco ha podido ser replicado.
“Estamos formando psicólogos con todas esas
falsedades”, expresó. Esto porque los libros de psicologías están llenos de
conclusiones basadas en esos experimentos.
La cueva de los
ladrones
Este experimento fue hecho por Muzafer
Sherif y Carolyn Sherif. Se buscó un grupo de adolescentes que
luego se dividió en dos grupos. En este experimento se pretendía lograr la
enemistad de los grupos.
La enemistad se buscaría a través de un juego de
pelota donde el árbitro favorecería a un grupo sin importar qué.
Muzafer Sherif luego iba a provocar una
situación de emergencia para que los grupos sean amigos otra vez. Pero esto no
sucedió, puesto que el grupo que siempre estuvo afectado por las decisiones de
los árbitros tomó la decisión de descargar su ira en el árbitro y no con el
otro grupo.
Como esto no pasó,
Sherif escribió un informe falso de lo sucedido puesto que la fundación
Rockefeller le dio 250 mil dólares para que realizara el experimento.
HAZ CLIC EN EL BOTÓN DE REPRODUCIR PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA COMPLETO.
¿Por qué algunos experimentos psicológicos no se pueden replicar?
LUNES 25 MARZO , 2019
Creado por: Graciela Cuevas
La psicología está pasando por una crisis de replicación. Esto porque
los resultados de muchos experimentos que se hicieron en el pasado no se puede
o es difícil reproducirlos.
Una de las razones por la que pasa esto es porque
muchas investigaciones son fraudulentas o que los investigadores influyeron de
forma directa o indirecta en estas.
En el programa de La Receta Médica de
este lunes, los psicólogos Eladio Hernández y Domingo Carrasco, así como el
psiquiatra Héctor Guerrero Heredia, detallaron tres estudios psicológicos que
se consideran fraudulentos.
“Algunos investigadores, con el afán humano de
entrar a la historia, pueden falsear algunos contenidos y experimentos que se
dan en la realidad”, expresó Hernández, expresidente del Colegio Dominicano de
Psicólogos (Codopsi).
Experimento de
Milgram
Este tiene que ver con la obediencia y fue
realizado por Stanley Milgram, psicólogo de Yale. ¿En qué consistió? Se buscó a
dos grupos de estudiantes. Los integrantes de un grupo debían memorizar unas
palabras y si se equivocaban, recibían una descarga eléctrica por parte de los
miembros del otro grupo.
Lo curioso de este experimento es que quienes daban
las descargas eléctricas, que llegaron hasta los 450 voltios, eran quienes
estaban siendo estudiados, puesto que se les advirtió que si daban una descarga
mayor a los 120, podría matar a la persona, y aún así lo hicieron.
Otro dato del estudio es que la máquina realmente
no emitía voltaje y que los gritos de dolor eran grabaciones.
El experimento de Milgram llegó a la conclusión de
que las personas están dispuestas a dañar a otra en vez de enfrentarse a la
persona que le dio la orden de hacerlo.
El psicólogo Domingo Carrasco precisó que en este
estudio se quería encontrar algo que ya la habían pensado. Citó que una de las
críticas que se hace es que la psicología es una ciencia extravagantemente
autobiográfica.
La cárcel de
Stanford
Otro experimento es la cárcel de Stanford en 1971,
realizado por Philip Zimbardo. Se buscó varios estudiantes, que fueron
divididos en dos grupos: uno que juegue el rol de guardias en una cárcel y el
otro de prisioneros.
El psicólogo buscaba probar si una persona que es
buena cambiaría su conducta según el entorno. El resultado fue tal, que el
estudio terminó antes del tiempo previsto ya que los que jugaban el rol de
guardias asumieron conductas tan abusivas que se consideraron sádicas en contra
de los prisioneros.
Unos de los cuestionamientos que se le hizo al
estudio, fue que Zimbardo influyó en él, puesto que jugó el de superintendente
de la cárcel ficticia y desde esa posición habría incitado a quienes jugaban el
papel de guardias de que si hicieran daño a los prisioneros.
Domingo Carrasco precisó que esa investigación se
forzó a que concluyeran que el ser humano es malo de forma innata. Añadió que
el experimento tampoco ha podido ser replicado.
“Estamos formando psicólogos con todas esas
falsedades”, expresó. Esto porque los libros de psicologías están llenos de
conclusiones basadas en esos experimentos.
La cueva de los
ladrones
Este experimento fue hecho por Muzafer
Sherif y Carolyn Sherif. Se buscó un grupo de adolescentes que
luego se dividió en dos grupos. En este experimento se pretendía lograr la
enemistad de los grupos.
La enemistad se buscaría a través de un juego de
pelota donde el árbitro favorecería a un grupo sin importar qué.
Muzafer Sherif luego iba a provocar una
situación de emergencia para que los grupos sean amigos otra vez. Pero esto no
sucedió, puesto que el grupo que siempre estuvo afectado por las decisiones de
los árbitros tomó la decisión de descargar su ira en el árbitro y no con el
otro grupo.
Como esto no pasó,
Sherif escribió un informe falso de lo sucedido puesto que la fundación
Rockefeller le dio 250 mil dólares para que realizara el experimento.
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