viernes, 27 de mayo de 2011

LAS "PROFECIAS" FALLIDAS SOBRE EL FIN DEL MUNDO

Domingo Carrasco







El pasado día 21 de mayo era la fecha prefijada por Camping Harold para el fin del mundo, pero como todos saben, la “profecía” no se cumplió. Una vez más falló el señor Harold, ya le había sucedido en 1994. ¿Qué hace que un profeta que ya había errado consiga crédito público para aventurarse a una nueva “profecía” y encontrar seguidores y creyentes?
Maia Szavalitz publicó el pasado martes 17 de mayo en Time Mgazine el trabajo que lleva por título “Apocalipse Now: Why Believers Will Grow Stronger If the World Doesn't End”. ¿Qué hace que los creyentes acrecienten su fe a pesar de que el mundo no se acabe en la fecha predicha, ¡NI EN NINGUNA OTRA!?
La respuesta nos las da Festinguer (1956) nos dice Szavalitz, al referir un estudio de este autor, “Cuando la profecía falla”, que trata de un acontecimiento parecido al de la “profecía” de Harold. En el 1954 unos practicantes de un culto a los ovnis (objetos voladores no identificados por sus siglas en español) liderados por Dorothy Martin predecían la llegada de platillos voladores para rescatar a los creyentes que se le sumaran en su esfuerzo por salvar vidas. Los no creyentes iban a correr una suerte parecida a la prevista por Harold. Igual que ahora, no hubo fin del mundo, no llegaron los platillos voladores.
La “profetisa” Martin aclaró que el fin del mundo no ocurrió debido a sus plegarias. El resultado que siguió a la explicación de marras fue una efervescencia increíble de proselitismo a favor del culto a los ovnis.
Festinger utiliza su muy conocida tesis de la disonancia cognoscitiva para explicar el paradójico caso de que el fracaso de la “predicción”, lejos de desalentar a los fanáticos, fortalece su fe.
La disonancia cognoscitiva es el sentimiento producto de la discrepancia entre nuestras creencias y la realidad, es el caso de creer una cosa cuando la realidad resulta ser otra totalmente contraria a dicha creencia. Aunque la literatura habla de las situaciones que producen sentimientos desagradables, pienso que la discrepancia entre nuestras creencias, percepciones y expectativas que pudiéramos tener en un momento determinado y la realidad podrían ser agradables en ciertas ocasiones.
Szavalitz señala que la teoría de la disonancia cognoscitiva predice que si alguien invierte o se compromete mucho con un punto de vista o creencia, menor es la disposición de esa persona para abandonar dicha posición cuando la realidad le presenta evidencias contrarias a dicho punto de vista o creencia. También, que si adoptamos comportamientos que van en contras de nuestras creencias y percepciones, modificamos estas últimas y en cambio adoptamos creencias que vayan acorde con el nuevo comportamiento adoptado. Festinger & Carlsmith (1959) citan dos trabajos de investigación de Janis & King (1954; 1956) de cuyos resultados se fundamentan esta predicciones.
Mi amigo, el profesor Manuel Escobar, afirma con mucha frecuencia que “cuando uno finge lo que no es, termina siendo eso, lo que uno no era, lo que imita”.
El aumento de la fe de los creyentes acrecienta luego del fallo de la “profecía” debido a que este contradice las creencias en las que están tan comprometidos, que incluso lo expresan públicamente. En el caso del culto a los ovnis que impulsara la señora Martin, el compromiso de los creyentes era tan grande que sus seguidores renunciaron a sus trabajos, escuelas y regalaron sus bienes económicos, incluso el dinero que poseían; luego del fallo de la “profecía” aumentaron su fe.
La visualización de estos finales catastrófico de la vida en nuestro planeta produce angustia a mucha gente en todo el mundo, incluso suicidios. Lo lamentable del caso es la indiferencia con que las autoridades de salud pública se manejan frente a estos claros atentados a la salud mental pública